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I’m sharing below all the details regarding my first visit to Istanbul, the Turkish city with countless mosques and one of the gems of the Middle East!

(in Spanish)

Hola a tod@s,
En la entrada anterior os dejaba en el aeropuerto de Bilbao, de camino a Estambul.
Así que ahora sí me toca hablaros de mi primer viaje a Turquía, con parada en Estambul.
!Allá vamos!
 
Día 1
 
Aterricé en el aeropuerto Ataturk de Estambul por la noche. Lo primero que me llamó la atención fue lo grande y moderno que era el aeropuerto. Otro de los aspectos que me sorprendió fue el gran número de mujeres con pañuelo y el poco inglés que hablaba el personal. Tras pasar el trámite de aduanas sin problema y recoger mis maletas, me acerqué a tomar un taxi hacia el centro de la ciudad.  El taxista, tal y como me lo esperaba, ni tenía cinturones en la parte trasera del taxi ni parecía temerle a pegarse un castañazo. Conducción agresiva para vivirla…
 
Tras llegar sana y salva al Orient Hostel (Akbıyık Cd. No:9), acomodé mis trastos y caí rendida. Me esperaba un día y medio intenso de turisteo. Como veréis en las fotos, el hostal en el que me alojé era más bien cutrecillo pero a mí me solucionó la papeleta mejor que bien. Barato, genialmente situado y con desayuno incluido (y muy bueno, por cierto).
 
Al día siguiente amanecí y fui en busca del desayuno turco, que me encantó por lo completo que era: había té o café, fruta, verdura, huevo duro, pan tostado, miel, aceitunas… Todo muy mediterráneo y buenísimo. Tras haber cogido fuerzas para el día, me encaminé hacia la fuente de Ahmet III, muy cerca del hostal. Ésta queda en uno de los laterales de la Basílica de Santa Sofía y en el camino hacia el Palacio de Topkapi y es una preciosidad, tanto de día como de noche. Me paseé entre la Basílica de Santa Sofía y la Mezquita Azul, separadas por la plaza de Sultanahmet, aunque solo vi ambos edificios por fuera. Decidí visitarlos al día siguiente y dedicar mi primera jornada a ‘patearme’ la ciudad al máximo. También hay que tener en cuenta que visitar mezquitas puede ser complicado ya que hay que cuadrarlo para que no coincida con alguno de los 5 rezos diarios. En esta zona majestuosa de la ciudad también se encuentra el Antiguo Hipódromo, antiguo corazón de la ciudad y donde aún hoy siguen en pie el obelisco de Teodosio y la Columna Serpentina. También anduve curioseando por el Bazar Cavalry.
 
De vuelta de Sultanahmet pasé por Sogukcesme Sokagi, una típica callejuela de antiguas casas de madera pintada , que lamentablemente ahora está en obras. De allí me acerqué al Palacio de Topkapi, impresionante complejo de edificios que fue la residencia de los sultanes otomanos durante 400 años. Bajé bordeando el Museo Arqueológico y el Parque Gulhane hasta llegar a la Sublime Puerta, llamada así porque en tiempos de la Turquía otomana daba paso al palacio y al despacho del gran visir. Finalmente llegué a la estación Sirkeci, punto final del trayecto del Orient Express.
 
Desde la estación Sirkeci me asomé hasta el Cuerno de Oro. Por allí compré un billete (baratísimo, por cierto) para una vuelta en barco por el Bósforo para unas horas más tarde. Aproveché ese rato para comerme un típico simit (pan turco con semillas) y cruzar el puente Gálata hacia el lado asiático de Beyoglu. En este lado de la ciudad se encuentran entre otros la famosa Torre Gálata, la plaza Taksim y la calle comercial de Istiklal Caddesi.
 

 
Lo de subir a la Torre Gálata me costó lo mío, entre las cuestas empinadas tipo San Francisco y el calor que hacía aquel día. También me sorprendieron la cantidad de edificios descuidados y los vendedores ambulantes, aunque supongo que forma parte del encanto.
 
Tras la subida a la ‘cumbre’ me tocó bajar para tomar el barco y recorrer el Bósforo durante un par de horas.
 
A la vuelta del paseo en barco volví a Beyoglu y anduve por la fuente Tophane y la mezquita de Kiliç Ali Pasa. Cerca de allí descubrí una zona de bares muy guays. Estuve pateando un buen rato hasta llegar a la plaza Taksim, que aglutina la actividad del moderno Beyoglu. De la plaza Taksim sale Istiklal Caddesi, la arteria comercial de la zona. Anduve callejeando por allí y luego me di una  merendola homenaje con zumo de naranja y castañas cerca del puente Gálata. A esa hora ya empezaba a anochecer y tomé unas fotos espectaculares.
 
Crucé el Puente Gálata hacia el lado europeo y curiosée por los alrededores de la impresionante Mezquita Nueva, el bazar de las especias y la mezquita de Nuruosmaniye. El Gran Bazar estaba ya cerrado pero callejeé por la cercana mezquita de Atik Alí Pasa, la calle de la Cisterna (donde fiché el hotel Adamar y la Medusa House para futuras ocasiones) y la zona de Sultanahmet, impresionante con la Basílica de Santa Sofía (Ayasofya) y la Mezquita Azul iluminadas. !A todo esto, había mucha ambiente en los bares y restaurantes de la zona! Volví reventada al hostal después de todo el día de turisteo, trabajé hasta tarde y me fui al sobre.
 

 
Día 2
 
Mi segundo y último día en Estambul lo empecé visitando las tumbas-mausoleos de los sultanes (entrada gratis). Después me acerqué a la Basílica Santa Sofía y visité el impresionante edificio, que me encantó. La entrada cuesta 30 liras (unos 10 euros) y merece la pena porque la Basílica es espectacular. La inauguró el emperador Justiniano allá por 537 y en el siglo XV los otomanos la convirtieron en mezquita. Es preciosa y enorme y conserva preciosos mosaicos.
Aquella mañana también visité la Mezquita Azul (gratis), que me gustó mucho.
 
Desde la Mezquita Azul me encaminé hacia la Universidad de Estambul y anduve por el recinto de la Mezquita de Solimán el Magnífico, que alberga las tumbas de Solimán y Roxelana.  Esta mezquita me encantó por sus vistas increíbles al Cuerno de Oro aunque me quedé con pena de no poder entrar porque justo iban a llamar al rezo.
 
Por la mezquita de Solimán me sorprendió la lluvia. Menos mal que justo acababa de comprarme un tentempié turco así que me fui al Gran Bazar, que está a cubierto y era lo único esencial que me quedaba por ver. El Gran Bazar tiene infinidad de puestos, dentro y fuera del recinto. Comparando con los zocos marroquíes la verdad es que aquello estaba mucho más organizado.  Estuve dando  1000 vueltas por el bazar mientras esperaba a que se pasara el diluvio pero hubo un momento en que me tocó volver al hostal porque salía al aeropuerto en unas horas. !Vaya calada!
 

 
Y hasta aquí mi relato sobre Estambul. En el aeropuerto me junté con Paula, una consultora colombiana que se unía a la misión en Pakistán, y volamos juntas desde allí a Islamabad. Os contaré las aventuras pakistaníes en los próximos posts.
 
PD. Aquí van algunas recomendaciones de familiares y amig@s para próximas visitas a Estambul.
 
Hoteles y restaurantes
House of Medusa (cerca de la Cisterna y del Hotel Adamar)
 
 
Turisteo
Monte Buyukunda: es una de las Prince’s Islands y debe merecer la pena por sus vistas espectaculares
 
Comida
Turkish delights: Haci Bekir
Baklava: karakoy Lokantasi
 
Próxima visita
Visitar el Palacio Topkapi
Subir a la torre Gálata
 
PLAYLIST

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