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A traditional musician

Have a look at my return visit to Pakistan’s capital, Islamabad!

(in Spanish)

Hola, hola.

Aquí estoy de vuelta para contaros el último episodio de la misión a Pakistán, cuando pasamos dos semanas en Islamabad.
Antes de empezar, dejadme que os ponga un poco en contexto.
Islamabad se designó como capital de Pakistán en los años 60. Hasta entonces, la ciudad de Karachi había hecho las veces de capital. Sin embargo, se decidió que por motivos estratégicos, climáticos y defensivos, la nueva capital debía ubicarse en Islamabad. Mientras un estudio de arquitectos griego se encargaba de ejecutar el plan maestro de urbanización del nuevo Islamabad, la capital se fue trasladando progresivamente a la vecina Rawalpindi hasta que las obras en Islamabad se completaron en 1966. Si la comparamos con otras urbes pakistaníes (Lahore y Karachi en nuestro caso), Islamabad es una maravilla de ciudad: planificada, moderna (tiene incluso metro) y limpia. La ciudad queda dividida en sectores como la zona diplomática, el distrito comercial o el educacional.
Volviendo a nuestro viaje, como habíamos vuelto de Karachi el sábado por la noche, el domingo aprovechamos para descansar. Después alquilamos un coche y un chófer en el propio hotel. Nuestro chófer nos cayó tan bien y se portó tan bien con nosotros que lo volvimos a contratar el finde siguiente.
El primer domingo visitamos casi todos los lugares destacables de Islamabad.
Estuvimos en la impresionante mezquita Faisal, conocida por su arquitectura y enormes dimensiones, y financiada por el Rey Faisal de Arabia Saudita.
También paramos en el centro comercial Centaurus Mall y en Said Pur Village, un pueblecillo típico pakistaní a las afueras de Islamabad. En realidad lo poco que vimos fueron unos pocos restaurantes y un recinto turístico. De hecho paramos a comer en el restaurante Des Pardes. Nos pegamos un buen homenaje en forma de ensalada kachumar, pollo a la brasa, filete  shatuke con salsa de champiñones y batido de melocotón. La comida nos encantó y nos salió muy barato.
Después de comer fuimos a las colinas Shakar Parian donde se encuentra el Pakistan Monument, una curiosa estructura conmemorativa. Luego rematamos la jornada de turisteo en el lago Rawal (un parque al estilo del del Retiro) y su parque de aves.
La segunda semana en Islamabad transcurrió bastante tranquila. Durante la mañana y la tarde solíamos estar trabajando en la oficina del Banco Mundial y aprovechábamos para comer allí y socializar con otros compañeros. Por la noche veíamos alguna película con el invento que organizamos en mi habitación, que quedó apodado como el cuartel general. El problema fue que esa semana fue más corta de lo esperado por la celebración del ‘Eid al-Adha’, por lo que nos quedamos sin agendar unas cuantas reuniones y aprovechamos el encierro para darle un buen empujón al informe. Además conocimos casi todos los restaurantes del hotel (el italiano Zigolini´s, el japonés Sakura, el Terrace Café y el Nadia).
Para los musulmanes son muy importantes un par de celebraciones. Una es el ‘Eid al-Fitr’, que solemniza el fin del Ramadán, y otra es el ‘Eid al-Adha’, la celebración del sacrificio con la ofrenda de un sacrificio animal, habitualmente un cordero. La carne del animal se separa en tercios: uno para el que sacrifica a la bestia, otro para repartirla entre los parientes pobres, y otro para las personas necesitadas.

El último finde en Islamabad también lo aprovechamos bien. El sábado pasamos por el Rose Garden (aquello no valía la pena) y el Heritage Museum. Éste sí que nos encantó porque era enorme y había mucho que ver sobre la historia de Pakistán. También volvimos a subir hasta el Monal Restaurant para admirar la ciudad de día. Por la noche cenamos con nuestras compañeras del Banco, Irum y Clelia, en Andaaz, otro restaurante del Said Pur Village. Nos pusimos las botas con tandoori mela, murgh malai tikka,aab gossht,nimbu pulao, panes naan y roti.

El domingo nos fuimos a una hora en coche de Islamabad para ver las ruinas de Taxila, en la zona de Gandhara. Este área se encuentra entre los Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO pero lo cierto es que la infraestructura y el estado de las ruinas distaba bastante de lo que esperábamos. Eso sí, la historia del lugar era curiosa cuanto menos. Gandhara fue conquistada por los griegos durante la expedición de Alejando Magno, lo que dio lugar al curioso arte grecobudista, ya que Gandhara fue también un importante centro del budismo.

A la vuelta pasamos por el Hotel Serena, comimos en el restaurante Zamana y dimos una vuelta por allí.  !Vaya sitio!

Llegó la última semana en Pakistán y la dedicamos a ir rematando el informe y aprovechar para hacer los últimos recados antes de cruzar el charco.
El lunes tuvimos la despedida del Country Director de Pakistán y acudimos a la fiesta que le organizaron en la oficina del Banco. Una fiesta por todo lo alto, casi como una boda. También estuvimos en el Centaurus Mall, el F6 Super Market y en el Jinnah Super Market, donde arrasamos con las compras de ropa típica, joyas y demás recuerdos.

Para cuando quisimos darnos cuenta, ya había llegado el momento de decir hasta luego a Pakistán. Se supone que en febrero y marzo del 2016 nos tocará volver por allí. Camilo y yo emprendimos el viaje de regreso de madrugada y el viaje fue eterno. La noche anterior no dormimos porque tuvimos cena de despedida en el restaurante Darwat del Hotel Serena y el chófer nos recogía sobre las 1h30 de la mañana. Llegamos al aeropuerto, facturamos, hicimos tiempo y salimos como a las 4h de Islamabad rumbo a Doha, Qatar. Estuvimos de escala en Doha unas 3h así que aprovechamos para curiosear por el moderno aeropuerto y desayunar. Por fin embarcamos en el vuelo de vuelta a DC. !Nos esperaban 13h de viaje, mi vuelo más largo hasta el momento! Eso sí, una pasada lo que han construido en Doha. Lo mismo se veían zonas muy desiertas que otras áreas residenciales trazadas con tiralíneas.